¿Qué sucedería si ganase un premio de un viaje “a donde usted quiera” al
que faltase un apartado de letra pequeña que excluyese El Espacio como destino
a elegir? ¿Podría demandar a los premiadores por publicidad engañosa con el fin
de acabar consiguiendo mi tour por Las Estrellas con escala en La Luna?
Siempre he soñado con conocer La Vía Láctea, y poder intravolarla –no me valen las cámaras de
gravedad 0, está claro- aunque tampoco negaré que una inquietud ha acompañado
esta fantasía de infancia, adolescencia y ¿madurez? … ¿Qué pasaría si me diese
impulso en busca de algún ente atractivo y no encontrase nada contra lo que
chocar y redireccionar mi vuelo?
¡Benditos físicos! Hace pocos días me dieron la solución: por lo visto,
el problema dejaría de serlo si al emprender el viaje cargásemos con un objeto
pesado que deberíamos lanzar al querer cambiar de rumbo. De esta forma ejerceríamos
una aceleración en dirección y sentido diferente al que llevábamos. Así que ya sabéis… No
olvidéis meter en la maleta un saco lleno de pelotas de petanca al preparar
vuestro periplo por El Espacio, no vaya a ser que queráis volver a la nave en
busca de tortilla deshidratada y no tengáis cómo…